Reconocer y enfrentar los desafíos emocionales que arrastramos desde la infancia, viendo cada situación diaria como una oportunidad de crecimiento. Establecer límites personales saludables es esencial para proteger nuestro bienestar emocional y físico, permitiéndonos atender nuestras necesidades. 

reconocer que la relación con ella influye en nuestra capacidad de recibir y experimentar abundancia. A veces, aunque entendamos sus acciones, puede faltar una gratitud genuina debido a desconexiones emocionales. La relación externa con la madre refleja la interna con nuestra figura materna, impactando cómo nos relacionamos con el mundo. 

Explora y libera emociones reprimidas hacia la figura paterna. Esto incluye trabajar con la rabia, reconociendo que tu padre hizo lo mejor que pudo con sus recursos. Las experiencias de la infancia, incluso las que parecen idílicas, pueden dejar huellas profundas. Participar en terapias intensivas como el proceso Hoffman puede ayudar a sanar estas heridas.